cubo blanco
reflexión abierta sobre objetos y sujetos, ética y estética en cultura
viernes, 25 de marzo de 2011
MARCELO LEGRAND /por el preciso conocimiento de la realidad de los objetos
Cecilia Mattos /respuestas visuales
JAVIER BASSI / pintura negra
“Me entusiasma dentro del contexto de mi propia obra volver al negro, es un lugar muy potente, no siempre siento que tengo la potencia para poder crear obra negra como ésta”
Imágenes tras las que va el artista guiado por una visión, obligado curso de laberintos internos oscuros, inciertos, en donde la única ranura donde se filtra la luz es la intuición. Intensidad y lucidez del hombre que descubre intersticios, rendijas que iluminan. A partir de ahí se inicia un llamado a la contemplación en la cual se genera una conexión entre el hombre, su volición y el mundo hasta que ya no pueden diferenciarse uno de otro, como experiencia de la unicidad. Creo que eso es lo que muestra el artista, comparte su visión y en su confrontación evoluciona.
Como establece genialmente el teórico José Luis Brea la crítica debe ser invención, actividad productiva; no le corresponde a ella encargar se de lo conocido, ni siquiera de lo cognoscible, es penetración en lo oscuro, en lo no cognoscible. Es multiplicación del disentimiento, de la diversidad de lecturas y alejamiento de cualquier facilismo.
Si la crítica se plantea así, de esta manera bajo esta múltiple y compleja prerrogativa la obra de Javier Bassi le rinde culto a su práctica, la estimula y la deja viajar, la desafía. Porque en escenarios opuestos, una de las causas del vaciamiento de la crítica es quedarse sin objeto.
Bassi vuelve a presentar pintura negra. Vuelve nítidamente a demostrar cosas, a demostrar el fenómeno del arte. No trata de hacer visible lo oscuro, lo oculto, sino que señala las zonas de exclusión, de incertidumbre, de ceguera que padecemos en todos los marcos de conocimiento de los que nos armamos y nos acerca a sus causas.
Para ello se puedo crear un concepto, el de dilucidar que redefiniré a continuación. La obra logra replicar la práctica cotidiana y vulgar de di-luc-i-dar: Dar, estirar los brazos tomar con las manos las pesadas negras cortinas aterciopeladas del olvido y la ignorancia, correrlas una tras otra, una tras otra en busca de la luz confrontando el miedo a hallar sólo una pared. Entonces elijo esta palabra, la convierto en concepto, lo defino, porque la propuesta aquí presente es la invención como actividad productora de sentido más que la interpretación. Dilucidar aquí como concepto permite ciertas fricciones y accesos a la experiencia de la obra de Bassi y pone en evidencia su valor no por lo que dice sino por que desborda lo que creemos comprender. Se apoya en la intuición y en una memoria quizá transpersonal de imágenes que conmocionan, de estados efímeros casi inadvertidos e inaprehensibles.
Las obras de Bassi se gestan sin plan previo, en la medida que se van materializando se inicia un proceso de multiplicación de posibilidades y unas con otras van armando un discurso complejísimo, pero eso sólo en última instancia y dilecto sea quien emprenda tal empresa; primera cada una de las piezas son dueñas de una autonomía enorme, justa, precisa. El ensamblaje de todas ellas deberá estar llevado por la estética, ídem emotividad y afinidad de cómo se van susurrando una obra a la otra los engarces cuando el artista comienza a entender de qué se trata lo que está investigando.
Este grupo de obras como la mayoría en la trayectoria de este artista se niega a ser distribuido dentro del imperio categórico, la obra es tan abstracta como figurativa y si es uno u otro o ambos en diferentes grados queda definido por la experiencia de cada observador. “Lo cierto es que mi obra se mueve en zonas de margen, limite, parecen que pueden ser una cosa pero también otra, es esa fase de crepúsculo” cuenta el artista.
Bassi a lo largo de todos estos años de pintura ha ido construyendo un universo propio, guiado por una misma lógica, lleno de sentido y dirección. Suerte de cosmogonía persistente. En ella quedaron definidos hitos- paisajísticos de una densidad que fueron capaces de dejar rastro en la memoria emotiva tras la experiencia. Es ahí que nos damos cuenta o recordamos que hay una habitar en la obra y ese haber habitado genera una memoria emotiva a la que se puede regresar. Por ello, algunos paisajes son revistados por el artista en esta nueva obra, sin embargo la imagen generada es nueva porque cambia la manera de representación de manera contundente, expresiva y sutil.
“Lo que cambia es la manera de representar, puede que la parte más sensible del conocimiento este anclándose en lugares que uno ya conoce, como volver al lugar en donde uno vivió. A la vez creo que hay que hacerlo de una manera nueva, creo que el tema de la representación tiene que evolucionar; de hecho la pintura de hace muchos años necesariamente exige ser reinventada, independiente de la sensibilidad que evoque o del discurso, necesariamente siento que tiene que ser construida desde un lugar nuevo. Yo siempre estoy forzando los medios…” J.B.
En este regreso a la pintura negra la metodología de trabajo es diferente. Son obras que por primera vez son decididamente una persecución en blanco y negro. En su pintura negra anterior había un balance de tono logrado a través de la incorporación del color, en la pintura negra actual se trabaja en fase de negro a blanco solamente. Se recupera el blanco que yace bajo el negro a través de la sustracción del negro, invirtiendo el proceso vulgar de la pintura. Esta operación podrá permitir que la reflexividad encuentre nuevas vías, ya no sólo para el artista.
La obra se vuelve un objeto sutil que trasciende por completa la dicotomía blanco y negro para ser integrados en un roce matérico perfecto: “los grices están generados no porque los negros se bajen sino porque la densidad del negro en cuanto a punto es menor, esto si se ve como menos negro es porque hay pequeños puntos blancos que actúan dentro de ese punto negro. Negro y blanco. Siempre lo que hubo es esa transparencia, mucho manejo de la materia en términos de superficies microscópicas, no tiene espesor pero se puede advertir que lo que hay es una disposición de materia” J.B.
Javier logra efectivizar de manera amplia con el negro paisajes, momentos, sensaciones, esquemas. La búsqueda del lector se disipa en variadas contiendas contra lo inescrutable que por momentos deviene conocimiento intuitivo, otros extravío y frustración. Pero a través de la contemplación, aquella imagen impenetrable que en un primer momento se impone, se va abriendo y comienza a mostrarse generosa en impresiones y se comienza a percibir que el poder de la obra se encuentra en lo que oculta, y es ahí cuando quedamos ya capturados por el negro y no podemos salir.
La obra en su experiencia se vuelve autónoma. “La pintura quizá sea el mayor de los espejos” confiesa el artista. Su obra, tras la revelación de una estética maravillosa – emotividad pura – se convierte en objeto poderoso porque en él, el artista mira, se refleja a sí mismo y hará lo mismo con otros hombres.
Sutileza y precisión son características notorias en estas piezas como en todas en la trayectoria de Bassi, que permiten ocultamientos y expresiones radicales. El proceso de investigación de estas imágenes por parte del autor tiene un recorrido no menor a 2 o quizá 3 años. Su búsqueda constante, obsesión por atrapar imágenes como el mismo dice, le permite llegar hasta las últimas consecuencias, de trabajar hasta el último detalle y apropiarse de la sutileza espontánea y de la precisión mentada pero siempre expresiva. Es una obsesión que fortalece porque insta al trabajo desde dos áreas, una física: manipulación de la materia y otra reflexiva, persecución de lo inasible. Cuando da por terminada una imagen, imagen finalmente atrapada, es porque sorprende y genera conocimiento, primero el artista que es quién legará lo mismo al lector.
Evidentemente la obra de Javier Bassi tiene un carácter monográfico importante, como él mismo señala. Es una obra que trabaja sobre sí misma, se experimenta a sí misma, las variaciones temáticas no son tal, son variación en las fuentes. Cuál es el tema, quedará pendiente por una macro lectura sobre toda su obra, trabajo aún no realizado por nadie y si es Bassi quien lo sabe dudo lo comparta. Igualmente hay muchas señas y líneas que están ahí, todo el tiempo, constantes persistentes que iluminan, siento decirlo pero más de un rumbo, quizá miles de rumbos, pero todo ellos prometen adquisición conocimiento probablemente en diferentes grados y según a cuánto se anime el pasajero.
Bassi en este momento se encuentro en un punto expansivo y potente de su pintura, retando con éxito a uno de sus iconos: La Pintura Negra. Aquí presentamos algunas obras, éstas y muchas más podrán verse próximamente en una gran sala. Evento que publicaremos a su debido tiempo. Este artículo represente no más que un avance y un dar cuenta de qué es lo que pasa tras las instituciones culturales y sus exposiciones y sus vaivenes, qué pasa en los talleres.
Abreviadísimo currículum
Nace en Montevideo, en 1964. Comienza estudios de dibujo con Pierre Fossey en 1976. En 1984 estudia pintura con Pepe Montes y asiste a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo hasta 5ºaño. En 1993 viaja a México, EE.UU., Europa y el Norte de Africa y es becado por el “United States Program” en New York y Boston. En New York se reencuentra con Gonzalo Fonseca y Julio Alpuy. En 1995 integra un workshop con el artista Rubens Gerchman. En 1996 recibe el Prix Paul Cézanne del Ministère des Affaires Etrangères y trabaja en el Atelier Alraune, asistido por el Musée des Beaux Arts de Nantes, Francia. En 1998 se traslada a Nueva York y realiza “New York Series” pinturas y objetos monumentales en el J.M.Studio, en Manhattan, lugar a donde regresa en el 2000 y 2004. Viaja intermitentemente. Participa en workshops y trabajos grupales en Holanda, Francia, Estados Unidos, Ecuador y Uruguay. Expone activamente, 18 individuales y más de 90 colectivas entre nacionales e internacionales. Representa a Uruguay en la “V Bienal Internacional de Pintura de Cuenca” en Ecuador en1996, en la “I Bienal de Artes Visuales del Mercosur” en Brasil en 1997 y en la “VII Bienal de la Habana” en Cuba en el 2000. Y en otras exposiciones internacionales. Señalado reiteradamente por la crítica especializada, recibe numerosos premios. Está integrado al acervo de numerosos museos y colecciones, nacionales y extranjeras.
Diego Donner /SU PINTURA ACTUAL
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El resultado del artículo está dado por una entrevista mantenida con el artista Diego Donner el pasado mes y análisis de la obra.
martes, 6 de mayo de 2008
cÓMO SOS TAN LINDO
“…los individuos se vieron llevados a prestarse atención ellos mismos, a descubrirse, a reconocerse y a declararse como sujetos de deseo” – Michel Foucault
Cuando vi por primera vez el video de Paula – en la sala del CCE en el 2005, con curaduría de Manuel Neves “13 x 13”, muestra de curadores curados – no pude evitar leerla, abordarla, desde el esquema de Michel Foucault de quien leía en ese entonces Historia de la sexualidad. Por eso Foucault se me cuela constantemente, gotea y se filtra en citas en esta aproximación a la obra “cómo sos tan lindo”.
La belleza ya no como hecho sino como elaboración constante, efímera, escurridiza, su goce, lo que provoca, la atención que despierta, el pulso desplomado o agitado… todo eso, todo eso y más… belleza, aparición que en su primer instante revela algo, algo que supera lo vulgar e ilumina una fracción del mundo. Paula, entre su instinto de mujer y su instinto como artista – planteando aquí falsa hipótesis de que son disociables – nos abrió una ventana al cuerpo masculino y al sentido mismo de la belleza como objeto a construir. Esas dos cosas son para mi la base y constitución de la obra. La base: cuerpo, curva, piel, pulso: estetización profunda y real del universo masculino, astro escondido de acento romántico. La constitución: puro sentido, construcción del sujeto por si- mismo, derrotero diario e íntimo.
¿Por qué nos emocionamos? – porque encontramos un cuerpo vivo que trabaja que elabora singularidad, un cuerpo que se hace dueño de un Nombre y que por el contrario al bombardeo de imágenes de esta cultura visual que derrota singularidades, la obra cómo sos tan lindo, las trae en vuelo blanco a esta feroz y vana estetización del mundo y es capas de generar sentido, saberes y quizás poder.
Ver al varón en esa íntima relación consigo mismo en la que busca prolongarse en ejercicio visual y discursivo, termina por exhibir una de las fibras por las cuales y desde las cuales existimos y nos afirmamos: nuestra sexualidad. La obra genera un foco de elaboración intersubjetiva; el saber de esa construcción de la belleza masculina por parte del propio varón que revela el video nos involucra, nos obliga a un diálogo con nosotros mismos, con nuestro cuerpo y con otros cuerpos y no solo nos empuja a vislumbrar sino a experimentar corrientes de tránsito, corrientes de poder. El nodo central para mi fue sentir aquello que leía en Historia de la sexualidad de Foucault: cómo el poder fluye a través de los cuerpos, de mi cuerpo, del de él, del de ellos… como se atraviesan unos a otros. La obra de Paula tiene la capacidad de regenerar esas energías, esa es su fuerza e importancia.
Habituados y anestesiados ya por objetos sexuales, plaga de la industria cultural actual, la obra construye en el instante de captar un espectador una situación de elaboración de sentido profundo, en donde no hay objetos sexuales sino sujetos de deseo que son capaces de generar relaciones con su cuerpo, el ejercicio de saberse de descubrirse genera un poder capas de atravesar el propio cuerpo y llegar a otros. Genera deseo, movimiento, estados efímeros que trastocan.
La obra presta a la sexualidad – la sexualidad vista como espacio de dominación moral del sujeto – una superficie llana, blanda, cálida, protegida en donde recrear liberada de los centros de poder tradicionales una vía de acceso al hombre. Esa superficie, como producción del campo del arte, enarbola un conjunto de condiciones en la que el sujeto puede problematizar su identidad y su mundo. Esta problematización de la existencia es parte de un proceso de individuación que en el arado de Paula se vuelve de carácter libre, sensual y creativo.
Las imágenes y discursos del video, obran como un llamado, un llamado al oído, sugiere cursos que terminan en un cause final de reflexión moral, de asunción de libertades y de poderes.
“El código moral es desafiado por el saber generado y por la moral efectiva de cada sujeto”. M. F.
El trabajo de Paula plantea una forma – desde el arte – de sujeción en donde el individuo se relaciona con la idea de belleza socialmente dada, pero que gracias a un resguardo íntimo logrado permite una elaboración del trabajo ético que cada cual realiza consigo mismo para desplegarse y con el fin último de transformarse con cada acción en sujeto moral de su propia conducta.
Colabora al proceso de la construcción del si-mismo del sujeto moral, porque observamos como el sujeto busca conocerse, como se prueba en una relación consigo mismo, con su cuerpo, como orienta su sexualidad y crece en autonomía moral y sustancial y es capaz de entrar en una relación que trasciende su propio límite corpóreo, y vuelve capaz su voluntad de ejercer poder. Las imágenes trascienden la pantalla y nos involucran de tal manera que dejamos el corpus de espectador para ser actores.
Sin duda “cómo sos tan lindo” genera un conocimiento específico desde el campo arte y tiene el potencial de introducirse en el espacio de la vida social, en la experiencia de vida de cada uno pudiendo transformarla en lo que es una continua incorporación reflexiva del saber –poder.
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Paula Delgado / " ‘Cómo sos tan lindo’ (Montevideo 2005 - Buenos Aires 2006 - Valparaíso 2007 - Viena 2008 - DVD, 8 minutos cada uno) explora el universo masculino en su vinculación con la estética y el culto al cuerpo. El punto de partida es una convocatoria a través de la prensa: “Casting. Se necesitan varones atractivos para fotos”. Cada uno de los postulantes posa solo en una habitación de hotel –el hotel como lugar universal- y responde luego a una serie de preguntas. Todos saben de antemano que no recibirán dinero a cambio... La definición de belleza la da cada uno, no hay filtros. Este proyecto es un homenaje a la belleza masculina y un espacio donde poder hablar sobre esto con los propios varones. Se realizará también en México durante 2008..."
domingo, 20 de abril de 2008
mETAMORFOSIS
El desfile de la colección de Ana Livni y Fernando Escuder se inicia tras desplegar, cortar, atar textiles con los que envuelven a algunos modelos en un sugerido rito de iniciación, preámbulo al centro neurálgico de la colección: las transformaciones hábiles de la indumentaria en donde las prendas todas posibilitan un uso poli variado, que brinda al individuo la posibilidad de interpretar y resignificar el lienzo según su propia manera de funcionar en este mundo.
La colección es ingeniería, pliegue y rastros. En un comienzo más ligero puede decirse que no existen formas determinadas a priori; se propone como la iniciación a un juego, un juego texturado, por veces resbaladizo, cálido, aireado, lleno de fugas, que genera una experiencia no restringidamente visual, sino sensorial vasta. Daban ganas de meterse en esas estructuras móviles blandas, daban ganas de incorporar esas pieles suaves, finas, sofisticadas dueñas de una ingeniería inteligente, espléndida. Daban ganas de esfumar los límites entre esas pieles y la propia. Daban ganas de tocar y ser tocado… de mirar y ser mirado…
Una pieza que me pareció espléndida, central en la colección: picazón de la transmutación de los cuerpos. Quizás sea la que mejor condensa estas tres ideas que sugerí. Una chaqueta de fondo naranja, gris y crudo con rayones negros. Se hizo presente, andante, un caparazón de bicho que absorbía el movimiento ya no de su anfitrión, sino de su huésped, mutando su forma sutil pero imperante, como si tuviese vida propia; embestía entonces a la modelo con una nueva forma, imponiéndole un nuevo cuerpo, formulando una nueva estética del antropos tan fuertemente bella como el espanto que provoca el cascarudo más extravagante y horrendo. Ana y Fernando: gracias por esa visión.
Había un tapado largo de punto en color crudo, tenía un lazo, pero en fin, ninguna de sus partes es ciertamente definible. El juego continúa, nos plantea un ejercicio de reflexión sobre nosotros mismos: vestirse no es ya ponerse, sino ajustar amoldar adaptar, pensar hasta nuestro propio límites nuestra manera de plantearnos frente al cotidiano, frente al colectivo… el juego devela una libertad: la de la reconstrucción de la prenda a cada circunstancia social, emocional, creativa y hasta el delirio… plegarla a nuestra propia volición. La prenda como objeto nos busca, nos inquiere se impone, nos llama a un íntimo diálogo que pondera el infinito proceso de la construcción del sujeto por si-mismo. Son objetos que se abren y ofrecen el generoso gesto de poder darnos, mostrarnos.
Moda emblemática, llena de contradicciones. Si creyera en las contradicciones la establecería, pero queda ingenuo ya hacerlo, las contradicciones pueden pensarse como el límite a nuestro propio entendimiento. Dependiente del ánimo y compromiso a veces se prefiere en desdeño al simplismo categórico el naufragio en las espesas aguas de la complejidad en donde pocos remos prosperan y alcanzan ciertas, o mejor que ciertas, imaginadas orillas. La colección me sugiere dos espacios de desarrollo conceptual que dan cuenta del fenómeno de la moda: PLIEGUES y RASTROS que a continuación reflexiono.
PLIEGUES /
Individuo negador – Moda tirana
Hablamos de diseños de ingeniería que prevén y abren el cerco a la apropiación del vestido por parte del individuo. En la apropiación está el punto. Apropiación que por su parte el individuo realiza en mayor o en menor medida y de múltiples maneras y en donde se cruzan infinitos motivos. Creo que la colección de Ana y Fernando da cuenta de un estar atento a esos procesos de rediseño, de reconstrucción y resignificación que el sujeto siempre ciñe al lienzo.
Ahora Yo, en el desfile, parada, abandonado asiento, frente a la visión de una pasarela, ese largo corredor, el desfile esbelto y espléndido de los modelos que se deslizan con decidido ritmo, con aire de imperfectible realización, eso que se ve en las revistas y en la televisión. Eso en la realidad, ese largo corredor, torna trinchera.
La moda genera la práctica y desarrollo de aspectos encontrados de origen social y psicológico. A través de la imitación de las fuerzas estéticas del colectivo somos provistos de protección y de ciertos estados sensitivos y emocionales de permanencia; la imitación busca unir, génesis del ser colectivo. En cambio, la moda también desarrolla necesidades formalmente psicológicas en donde el hombre define rumbos diferenciados e inicia un proceso de individuación que le permite la experiencia de la unicidad, del ser único, al menos inicia esa búsqueda.
En esta lucha de trincheras por la individuación, la moda es bastión de significación en las prácticas cotidianas. Pero busquemos la propulsión del lado de los atrincherados: mérito de fuerzas contestatarias de acciones negadoras. La anti moda como práctica surge y responde frente a la amenaza de la singularidad, es el constructo diario por diferenciarse y pertenecer al unísono; persigue lo que está por fuera de lo socialmente aceptado, reconfigurando un nuevo orden una nueva estética. Reciclar, combinar, confeccionar la propia indumentaria se transforma en una acción plenamente creativa, intima, de reconstrucción y afirmación, en donde se elaboran sentimientos de individuación, en tanto negación del ejemplo social. Sin embargo esta inversión del mimetismo social, termina por afirmar las fuerzas de la moda e incluso genera insumos que la alimentan.
“cualquier forma de la indumentaria, del arte, de los comportamientos o de las opiniones, puede ponerse de moda” - George Simmel.
El individuo negador crea, la moda tirana lo engulle. La moda puede y de hecho lo hace, capturar los contenidos negadores de la moda. Como un ente vivo se alimenta del mismo rechazo que le confieren: materia proteica, suave, tersa y blanda, presa ingenua, con la cual regenerar exitosas colecciones que estimulan el apetito por el consumo primero suntuario, luego de masas. Ya no hay retorno. Entonces es ahí cuando algunos de nosotros, desencantados, afligidos le gritamos a la Singularidad – estima romántica, dilecta - que vuelva.
La negación de la moda y de lo socialmente establecido como construcción neo estética, incluso ética y política termina confluyendo en unas formas más o menos identificables, se vuelve grupo de referencia, pero también referenciable, identificable. El individuo negador queda franqueado, atrincherado, termina por arrastrarse en el resbaladizo lodo de las tendencias.
Terminando con Simmel, es interesante ver cómo la moda es un emergente capaz de dar cuenta de las energías nerviosas que caracterizan a cada época, vivimos tiempos cada vez más acelerados de ciclos cada vez más cortos, en donde la moda genera una experiencia con acento en el cambio, con acento en el presente, acentúa el carácter transitorio de la realidad como pocos fenómenos. Nos da en su apogeo un sentimiento de presente intenso.
RASTROS /
Hazaña, demostración de pureza
Algunas prendas de Fernando me gustaron mucho. Las remeras rasgadas, sus estampados y calados, rastros que simulan proeza, luchas, encuentros, tentativas de destrezas, me resultaron estimulantes, visualmente disfrutables y reflexivamente un viaje anecdotario, personalísimo.
Todas las innovaciones del atavío – pensado en su clave adorno - son un esfuerzo para lograr alguna forma de exhibición. El varón se viste, se para, emula activamente su valor, su capacidad de destreza, sugiere historias, se hace digno de estima, de respeto porque en sus prendas se ve las marcas, señales y rastros de hazañas que lo pusieron a prueba; sobreviviente ahora se muestra y se lo ve, grande, delicioso, deseado.
“Los trofeos, prueba tangible de la proeza, encuentran un lugar en los hábitos mentales de los hombres como accesorios que adornan la vida”…. “La utilidad de objeto de propiedad descansa principalmente en una comparación valorativa entre el poseedor y el enemigo al que se ha despojado” ...
...“La posesión empieza a ser valorada no tanto como demostración de una incursión afortunada, cuanto como prueba de la prepotencia del poseedor sobre otros miembros de la comunidad. La propiedad – siendo la propiedad el punto central hoy en día – se convierte ahora en la prueba más fácilmente demostrable de un grado de éxito honorable, a diferencia del hecho heroico” – Thorstein Veblen.
Ese trabajo de Fernando diluye un largo eslabonamiento y nos acerca al comienzo del mismo, en donde la hazaña: demostración de pureza, constituye belleza y diferenciación en un cristalizado objeto – la vestimenta – que puede leerse en sus rastros y significación social.
BIBLIOGRAFÍA >>
Para sección Pliegues > GEORGE SIMMEL / “La moda”. En Sobre la aventura y otros ensayos filosóficos. Península, Barcelona 1988.
Para sección Rastros > THORSTEIN VEBLEN / Teoría de la clase ociosa. FCE, 1992.
domingo, 9 de septiembre de 2007
Construir el objeto para quebrar el objeto y encontrar al hombre
[Imaginen una tijera gigante, abierta, construida con fibra de vidrio y resina de 3,5 metros por 6,8 metros de largo. Tiene una peculiaridad… no existen hojas o extremos filosos; sólo asas, en los cuatro extremos asas. Y se llama América, eso es importante también]
Me gustó arrancar por un interaccionismo simbólico - Hebert Blumer, estaba a la mano lo estaba preparando para la facultad - como forma de ordenar la reflexión. Además el interaccionismo pone al hombre y su acción en el centro del esquema y me interesó para desarrollar.
Algunos preámbulos: defino los objetos como cualquier cosa perceptible, cualquier cosa a la que podamos referirnos, y son producto de nuestra interacción con ellos. Podríamos decir entonces que nos dedicamos constantemente en nuestras vidas, a construir a mantener a transformar los objetos que nos rodean, incluso aquellos que por abstractos y lejanos creemos no alcanzar. Lo que me interesa ensayar – sin olvidar su goce formal, monumental – por un lado es la dimensión social de la obra y su alcance y por otro lado la posición política de los hombres frente a la vida.
La representación axial e impotente de una tijera, evoca el corte, cortar, corto, me enlazo y establezco un cambio, me involucro. Sugiere también un espacio continente. Pero acá no está el filo, deberíamos abandonar el mundo de la vida para encontrarlo. Propongo un “salto” a la esfera de la política y propongo una sencilla definición en donde lo político es la manera de actuar de una persona o grupo para la consecución de determinados fines.
La obra de Fernando plantea un interrogante y de inmediato contesta. La obra América plantea la necesidad de corte, un corte que por su estructura es imposible. En la proyección que planteo y con la que juego, la obra despliega la impotencia de la esfera política.
Me gusta aclarar: el objeto de crítica, son los políticos y no el Estado, es el individuo y no las instituciones. La tijera es de uso individual, la tijera establece una relación, pone al hombre en el centro, toma sus dedos entre sus asas ovaladas, lo hace prisionero, lo compromete, lo arrastra a otro objeto. La construcción permanente de la sociedad por si misma provoca el olvido de esta construcción, de esta interacción entre sujeto y objeto fundamental. Nos olvidamos que son los individuos los que están detrás de los objetos, que son ellos los que los construyen, los confrontan, los derruyen, ya sea un objeto de arte o de arado, las reglas del ludo o del luto, la idea del amén, la idea de una América. Vemos los objetos abstraídos de la realidad humana que los generó. Nos convertimos en activos de un olvido y nos sentimos tranquilos, desligados, sin responsabilidad.
En la obra de Varela, la tijera representa el poder, el poder de un hombre son los medios que tiene en el presente para obtener un aparente bien futuro - Hobbes 1651 -. Algo que sirve para alcanzar lo que es objeto de nuestro deseo; deseamos en esta América un cambio, algo que nos libere de esas viejas estructuras que hasta el día de hoy continúan subyugando un potencial extraordinario, único. Deseamos un corte que nos libere.
La obra América es una tijera abierta, pronta para el corte en donde el proceso ya inició, pero se congeló. Pareciera que a los políticos no les interesara utilizar este medio para obtener un bien, para lograr un cambio, quizás sea eso lo que los llevo a asumir tal rol, pero una vez ahí, con el poder en sus manos, hay un cambio de intención una parálisis. El centro de interés ya no es el cambio, sino la pura intención de esgrimir el poder. La intención fáctica queda puesta en la toma de poder - las cuatro asas - y no en la utilización del poder para lo cual fue constituido - la ausencia de extremos filosos.
La obra de Varela plantea una problemática, y va más allá: define sus causas, pero además revela otro poder; frente al poder de los políticos presenta el poder del artista. Y siempre que haya poder existe una responsabilidad. Varela hace frente a un cuerpo corrompido y evoca a otro en el que deposita confianza: el arte contemporáneo, como productor, como objetivación del ser que clama discursos a través de lo simbólico y con dirección a la realidad. Una realidad necesitada de cambios en donde la reflexión se vuelve el insumo indispensable para echar a andar.
También a todo esto quiero agregarle una experiencia personal, muy linda y pertinente. Durante la estadía de Fernando en Montevideo, a propósito de la inauguración de su última obra “La palabra callada”, en el MNAV (Museo Nacional de Artes Visuales); él dio una conferencia sobre arte contemporáneo dominicano en el CCE y a la que le sucedieron dos tardes más de un taller sobre práctica curatorial, ahí lo conocí. A lo largo de estos tres encuentros Varela en referencia a diferentes experiencias que compartió generosamente, va construyendo un discurso firme, hilando fino y con dirección.
Apartada del espacio público, en mi cuarto y en ejercicio de análisis de la obra, comienzan a emerger referencias específicas, nunca ambiguas. En la decantación de alusiones y significados y en su articulación, comienzo a descifrarse un discurso. Es durante este proceso que voy encontrando que las piezas a partir de las cuales construyo el discurso implícito en la obra de Varela, son esas mismas piezas, exactamente las mismas compartidas por él, durante toda su ponencia en los días anteriores. En el discurso concreto y específico de la obra América, encontré el discurso total de Fernando Varela, ya no solo como artista, sino como hombre.
Hallar la paridad del discurso de un hombre y el de su obra - en donde la obra es prolongación, es objetivación del ser – hicieron de mi praxis una experiencia encantadora, pero no digo encantadora como me dice mi abuela aristocráticamente “nena, estás encantadora”, yo quiero decir encantadora de encantamiento, de conjuros, de magia… encontrar al hombre, detrás del objeto, a través del lenguaje y del discurso.
Llegar al hombre; y es así como se propone Fernando Varela a si mismo, como una aproximación al último destino: los hombres. Su obra América plantea una problemática y realiza una crítica, una crítica que nos pertenece; aquí lo que vale es el estado de existencia de una voz que pertenece a hombres comprometidos con la acción, que enfrentan a otros hombres… coloca así, al hombre y su deber en el centro.