martes, 6 de mayo de 2008

cÓMO SOS TAN LINDO

Sujeto / Belleza, pilar de afirmación >>> sobre la obra itinerante de Paula Delgado -
video arte.
………………………… miro... pienso… ¿ese chico me gusta? …. mmmno, pero no puedo evitar mirarlo… hay algo me sugiere seguirlo, mirar cada parte, escucharlo… se quiebra el espacio de la sala y lo que sucede en el monitor se vuelve cada vez más intenso y en una telequinética caricia a ese cuerpo desconocido se interrumpe lo que evidentemente era sólo un fragmento para presentar otro chico, otro nombre otro cuerpo… éste si me gusta… me parece lindo, atractivo… lo deseo… me doy cuenta que estoy emocionada, que me abruma la belleza del hombre … que me contengo porque estoy inquieta en una sala de arte contemporáneo, en un espacio público, blanco, silencioso, de extrema luz… respiro hondo… calmada ya, sigo el video nuevamente. Empiezo a ver a estos jóvenes hombres que se muestran y que cuentan cosas sobre si mismo.

“…los individuos se vieron llevados a prestarse atención ellos mismos, a descubrirse, a reconocerse
y a declararse como sujetos de deseo” – Michel Foucault


Cuando vi por primera vez el video de Paula – en la sala del CCE en el 2005, con curaduría de Manuel Neves “13 x 13”, muestra de curadores curados – no pude evitar leerla, abordarla, desde el esquema de Michel Foucault de quien leía en ese entonces Historia de la sexualidad. Por eso Foucault se me cuela constantemente, gotea y se filtra en citas en esta aproximación a la obra “cómo sos tan lindo”.

La belleza ya no como hecho sino como elaboración constante, efímera, escurridiza, su goce, lo que provoca, la atención que despierta, el pulso desplomado o agitado… todo eso, todo eso y más… belleza, aparición que en su primer instante revela algo, algo que supera lo vulgar e ilumina una fracción del mundo. Paula, entre su instinto de mujer y su instinto como artista – planteando aquí falsa hipótesis de que son disociables – nos abrió una ventana al cuerpo masculino y al sentido mismo de la belleza como objeto a construir. Esas dos cosas son para mi la base y constitución de la obra. La base: cuerpo, curva, piel, pulso: estetización profunda y real del universo masculino, astro escondido de acento romántico. La constitución: puro sentido, construcción del sujeto por si- mismo, derrotero diario e íntimo.

¿Por qué nos emocionamos? – porque encontramos un cuerpo vivo que trabaja que elabora singularidad, un cuerpo que se hace dueño de un Nombre y que por el contrario al bombardeo de imágenes de esta cultura visual que derrota singularidades, la obra cómo sos tan lindo, las trae en vuelo blanco a esta feroz y vana estetización del mundo y es capas de generar sentido, saberes y quizás poder.

Ver al varón en esa íntima relación consigo mismo en la que busca prolongarse en ejercicio visual y discursivo, termina por exhibir una de las fibras por las cuales y desde las cuales existimos y nos afirmamos: nuestra sexualidad. La obra genera un foco de elaboración intersubjetiva; el saber de esa construcción de la belleza masculina por parte del propio varón que revela el video nos involucra, nos obliga a un diálogo con nosotros mismos, con nuestro cuerpo y con otros cuerpos y no solo nos empuja a vislumbrar sino a experimentar corrientes de tránsito, corrientes de poder. El nodo central para mi fue sentir aquello que leía en Historia de la sexualidad de Foucault: cómo el poder fluye a través de los cuerpos, de mi cuerpo, del de él, del de ellos… como se atraviesan unos a otros. La obra de Paula tiene la capacidad de regenerar esas energías, esa es su fuerza e importancia.

Habituados y anestesiados ya por objetos sexuales, plaga de la industria cultural actual, la obra construye en el instante de captar un espectador una situación de elaboración de sentido profundo, en donde no hay objetos sexuales sino sujetos de deseo que son capaces de generar relaciones con su cuerpo, el ejercicio de saberse de descubrirse genera un poder capas de atravesar el propio cuerpo y llegar a otros. Genera deseo, movimiento, estados efímeros que trastocan.

La obra presta a la sexualidad – la sexualidad vista como espacio de dominación moral del sujeto – una superficie llana, blanda, cálida, protegida en donde recrear liberada de los centros de poder tradicionales una vía de acceso al hombre. Esa superficie, como producción del campo del arte, enarbola un conjunto de condiciones en la que el sujeto puede problematizar su identidad y su mundo. Esta problematización de la existencia es parte de un proceso de individuación que en el arado de Paula se vuelve de carácter libre, sensual y creativo.

Las imágenes y discursos del video, obran como un llamado, un llamado al oído, sugiere cursos que terminan en un cause final de reflexión moral, de asunción de libertades y de poderes.

“El código moral es desafiado por el saber generado y por la moral efectiva de cada sujeto”. M. F.

El trabajo de Paula plantea una forma – desde el arte – de sujeción en donde el individuo se relaciona con la idea de belleza socialmente dada, pero que gracias a un resguardo íntimo logrado permite una elaboración del trabajo ético que cada cual realiza consigo mismo para desplegarse y con el fin último de transformarse con cada acción en sujeto moral de su propia conducta.

Colabora al proceso de la construcción del si-mismo del sujeto moral, porque observamos como el sujeto busca conocerse, como se prueba en una relación consigo mismo, con su cuerpo, como orienta su sexualidad y crece en autonomía moral y sustancial y es capaz de entrar en una relación que trasciende su propio límite corpóreo, y vuelve capaz su voluntad de ejercer poder. Las imágenes trascienden la pantalla y nos involucran de tal manera que dejamos el corpus de espectador para ser actores.

Sin duda “cómo sos tan lindo” genera un conocimiento específico desde el campo arte y tiene el potencial de introducirse en el espacio de la vida social, en la experiencia de vida de cada uno pudiendo transformarla en lo que es una continua incorporación reflexiva del saber –poder.

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Paula Delgado / " ‘Cómo sos tan lindo’ (Montevideo 2005 - Buenos Aires 2006 - Valparaíso 2007 - Viena 2008 - DVD, 8 minutos cada uno) explora el universo masculino en su vinculación con la estética y el culto al cuerpo. El punto de partida es una convocatoria a través de la prensa: “Casting. Se necesitan varones atractivos para fotos”. Cada uno de los postulantes posa solo en una habitación de hotel –el hotel como lugar universal- y responde luego a una serie de preguntas. Todos saben de antemano que no recibirán dinero a cambio... La definición de belleza la da cada uno, no hay filtros. Este proyecto es un homenaje a la belleza masculina y un espacio donde poder hablar sobre esto con los propios varones. Se realizará también en México durante 2008..."

domingo, 20 de abril de 2008

mETAMORFOSIS

Sobre el desfile “Metamorfosis” de Ana Livni y Fernando Escuder en el Museo Nacional de Artes Visuales – septiembre 2007.

El desfile de la colección de Ana Livni y Fernando Escuder se inicia tras desplegar, cortar, atar textiles con los que envuelven a algunos modelos en un sugerido rito de iniciación, preámbulo al centro neurálgico de la colección: las transformaciones hábiles de la indumentaria en donde las prendas todas posibilitan un uso poli variado, que brinda al individuo la posibilidad de interpretar y resignificar el lienzo según su propia manera de funcionar en este mundo.

La colección es ingeniería, pliegue y rastros. En un comienzo más ligero puede decirse que no existen formas determinadas a priori; se propone como la iniciación a un juego, un juego texturado, por veces resbaladizo, cálido, aireado, lleno de fugas, que genera una experiencia no restringidamente visual, sino sensorial vasta. Daban ganas de meterse en esas estructuras móviles blandas, daban ganas de incorporar esas pieles suaves, finas, sofisticadas dueñas de una ingeniería inteligente, espléndida. Daban ganas de esfumar los límites entre esas pieles y la propia. Daban ganas de tocar y ser tocado… de mirar y ser mirado…

Una pieza que me pareció espléndida, central en la colección: picazón de la transmutación de los cuerpos. Quizás sea la que mejor condensa estas tres ideas que sugerí. Una chaqueta de fondo naranja, gris y crudo con rayones negros. Se hizo presente, andante, un caparazón de bicho que absorbía el movimiento ya no de su anfitrión, sino de su huésped, mutando su forma sutil pero imperante, como si tuviese vida propia; embestía entonces a la modelo con una nueva forma, imponiéndole un nuevo cuerpo, formulando una nueva estética del antropos tan fuertemente bella como el espanto que provoca el cascarudo más extravagante y horrendo. Ana y Fernando: gracias por esa visión.

Había un tapado largo de punto en color crudo, tenía un lazo, pero en fin, ninguna de sus partes es ciertamente definible. El juego continúa, nos plantea un ejercicio de reflexión sobre nosotros mismos: vestirse no es ya ponerse, sino ajustar amoldar adaptar, pensar hasta nuestro propio límites nuestra manera de plantearnos frente al cotidiano, frente al colectivo… el juego devela una libertad: la de la reconstrucción de la prenda a cada circunstancia social, emocional, creativa y hasta el delirio… plegarla a nuestra propia volición. La prenda como objeto nos busca, nos inquiere se impone, nos llama a un íntimo diálogo que pondera el infinito proceso de la construcción del sujeto por si-mismo. Son objetos que se abren y ofrecen el generoso gesto de poder darnos, mostrarnos.


Cuando digo ingeniería estoy pensando en la idea de trascender la forma en pro de la funcionalidad, en la generación de contradictorios y aleatorios arquetipos de precedentes dispares de trastornadas temporalidades, en donde las ideas quiebran objetos y se proyectan airosas, contradictorias y brillantes; en donde las formas ceden frente a renovados contenidos y sus imperativos. Pensando sobre las estructuras en las que ordenamos nuestra vida y en ejemplo concreto me divierto pensando que no debe de existir ropero que prevea cómo guardar tales prendas; pienso en el mío, en mi ropero, en mí, con brazo extendido, prenda en mano… ¡¿dónde guardo esto?!

Moda emblemática, llena de contradicciones. Si creyera en las contradicciones la establecería, pero queda ingenuo ya hacerlo, las contradicciones pueden pensarse como el límite a nuestro propio entendimiento. Dependiente del ánimo y compromiso a veces se prefiere en desdeño al simplismo categórico el naufragio en las espesas aguas de la complejidad en donde pocos remos prosperan y alcanzan ciertas, o mejor que ciertas, imaginadas orillas. La colección me sugiere dos espacios de desarrollo conceptual que dan cuenta del fenómeno de la moda: PLIEGUES y RASTROS que a continuación reflexiono.


PLIEGUES /
Individuo negador – Moda tirana

Hablamos de diseños de ingeniería que prevén y abren el cerco a la apropiación del vestido por parte del individuo. En la apropiación está el punto. Apropiación que por su parte el individuo realiza en mayor o en menor medida y de múltiples maneras y en donde se cruzan infinitos motivos. Creo que la colección de Ana y Fernando da cuenta de un estar atento a esos procesos de rediseño, de reconstrucción y resignificación que el sujeto siempre ciñe al lienzo.

Ahora Yo, en el desfile, parada, abandonado asiento, frente a la visión de una pasarela, ese largo corredor, el desfile esbelto y espléndido de los modelos que se deslizan con decidido ritmo, con aire de imperfectible realización, eso que se ve en las revistas y en la televisión. Eso en la realidad, ese largo corredor, torna trinchera.

La moda genera la práctica y desarrollo de aspectos encontrados de origen social y psicológico. A través de la imitación de las fuerzas estéticas del colectivo somos provistos de protección y de ciertos estados sensitivos y emocionales de permanencia; la imitación busca unir, génesis del ser colectivo. En cambio, la moda también desarrolla necesidades formalmente psicológicas en donde el hombre define rumbos diferenciados e inicia un proceso de individuación que le permite la experiencia de la unicidad, del ser único, al menos inicia esa búsqueda.

En esta lucha de trincheras por la individuación, la moda es bastión de significación en las prácticas cotidianas. Pero busquemos la propulsión del lado de los atrincherados: mérito de fuerzas contestatarias de acciones negadoras. La anti moda como práctica surge y responde frente a la amenaza de la singularidad, es el constructo diario por diferenciarse y pertenecer al unísono; persigue lo que está por fuera de lo socialmente aceptado, reconfigurando un nuevo orden una nueva estética. Reciclar, combinar, confeccionar la propia indumentaria se transforma en una acción plenamente creativa, intima, de reconstrucción y afirmación, en donde se elaboran sentimientos de individuación, en tanto negación del ejemplo social. Sin embargo esta inversión del mimetismo social, termina por afirmar las fuerzas de la moda e incluso genera insumos que la alimentan.

“cualquier forma de la indumentaria, del arte, de los comportamientos o de las opiniones, puede ponerse de moda” - George Simmel.

El individuo negador crea, la moda tirana lo engulle. La moda puede y de hecho lo hace, capturar los contenidos negadores de la moda. Como un ente vivo se alimenta del mismo rechazo que le confieren: materia proteica, suave, tersa y blanda, presa ingenua, con la cual regenerar exitosas colecciones que estimulan el apetito por el consumo primero suntuario, luego de masas. Ya no hay retorno. Entonces es ahí cuando algunos de nosotros, desencantados, afligidos le gritamos a la Singularidad – estima romántica, dilecta - que vuelva.

La negación de la moda y de lo socialmente establecido como construcción neo estética, incluso ética y política termina confluyendo en unas formas más o menos identificables, se vuelve grupo de referencia, pero también referenciable, identificable. El individuo negador queda franqueado, atrincherado, termina por arrastrarse en el resbaladizo lodo de las tendencias.

Terminando con Simmel, es interesante ver cómo la moda es un emergente capaz de dar cuenta de las energías nerviosas que caracterizan a cada época, vivimos tiempos cada vez más acelerados de ciclos cada vez más cortos, en donde la moda genera una experiencia con acento en el cambio, con acento en el presente, acentúa el carácter transitorio de la realidad como pocos fenómenos. Nos da en su apogeo un sentimiento de presente intenso.




RASTROS /
Hazaña, demostración de pureza

Algunas prendas de Fernando me gustaron mucho. Las remeras rasgadas, sus estampados y calados, rastros que simulan proeza, luchas, encuentros, tentativas de destrezas, me resultaron estimulantes, visualmente disfrutables y reflexivamente un viaje anecdotario, personalísimo.

Todas las innovaciones del atavío – pensado en su clave adorno - son un esfuerzo para lograr alguna forma de exhibición. El varón se viste, se para, emula activamente su valor, su capacidad de destreza, sugiere historias, se hace digno de estima, de respeto porque en sus prendas se ve las marcas, señales y rastros de hazañas que lo pusieron a prueba; sobreviviente ahora se muestra y se lo ve, grande, delicioso, deseado.
Parte de la muestra del trabajo de Fernando evidencia un doble juego de valores. Por un lado la prenda como demostración de hazaña y la pureza de su usuario y por otro lado y al mismo tiempo la prenda en su veta como trofeo de hazaña, es el botín que demuestra una fuerza preeminente, siguiendo la línea de Thorstein Veblen:

“Los trofeos, prueba tangible de la proeza, encuentran un lugar en los hábitos mentales de los hombres como accesorios que adornan la vida”…. “La utilidad de objeto de propiedad descansa principalmente en una comparación valorativa entre el poseedor y el enemigo al que se ha despojado” ...

...“La posesión empieza a ser valorada no tanto como demostración de una incursión afortunada, cuanto como prueba de la prepotencia del poseedor sobre otros miembros de la comunidad. La propiedad – siendo la propiedad el punto central hoy en día – se convierte ahora en la prueba más fácilmente demostrable de un grado de éxito honorable, a diferencia del hecho heroico”
– Thorstein Veblen.

Ese trabajo de Fernando diluye un largo eslabonamiento y nos acerca al comienzo del mismo, en donde la hazaña: demostración de pureza, constituye belleza y diferenciación en un cristalizado objeto – la vestimenta – que puede leerse en sus rastros y significación social.



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BIBLIOGRAFÍA >>

Para sección Pliegues > GEORGE SIMMEL / “La moda”. En Sobre la aventura y otros ensayos filosóficos. Península, Barcelona 1988.
Para sección Rastros > THORSTEIN VEBLEN / Teoría de la clase ociosa. FCE, 1992.